miércoles, 25 de septiembre de 2013

La importancia del Almacenamiento II


Respondiendo a algunos comentarios al respecto de la importancia de esta función dentro de la cadena pasaremos a realizar una discusión más a detalle de esta importantísima y hasta hace muy poco menospreciada función dentro de la cadena de suministro.
De acuerdo a las leyes físicas vigentes en nuestro planeta, una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil, por esta razón debemos de mantener dentro del diseño y operación de nuestra cadena de suministro un adecuado balance y robustez en todos y cada uno de los procesos, funciones y componentes, solo así podemos asegurar una cadena robusta y a la vez flexible y adaptable.
De nada nos sirve tener un extraordinario proceso productivo o un sofisticado proceso de planeación y distribución si, como sucede en muchos casos que yo conozco, el proceso de almacenamiento deja mucho que desear. Simplemente no seremos capaces de llegar a los niveles de servicio que nuestro mercado target y nuestros clientes y consumidores requieren.
 
En los últimos años y gracias al desarrollo del concepto de cadena integrada y de realmente redefinir lo que añadir valor para nuestros clientes y consumidores significa, tenemos que esta función ha cobrado especial importancia al grado de que los grandes centros de distribución (CEDIS) tienen igual o mayor importancia que una planta productiva y su infraestructura es la base sobre la cual se construyen las estrategias para ganar en un determinado mercado desde el punto de vista operativo.
Esto ha cambiado forzado a las empresas a redefinir sus planes de juego y  a tratar de ser más competitivas mediante el desarrollo de la función de almacenamiento la cual se ha redefinido a su ve y ya no es solo guardar cosas en un almacén, es ahora, contar con un proceso que nos permita atender los requerimientos de nuestros clientes de una forma rápida, eficiente y flexible o en otras palabras………………..ganar en el mercado.
Para que nuestro proceso de distribución sea eficiente y exitoso depende de que nuestro proceso de almacenamiento y manejo de pedidos (picking y packing) sea exactamente igual de eficiente y exitoso de otra forma se convierte en la restricción de toda la cadena.
 

En nuestro mundo actual que se deja llevar muchas veces por modas y por la aplicación generalizada e indiscriminada de metodologías y herramientas que “pueden ser la solución”, hemos dejado de ver y conceptualizar y entender el proceso de almacenamiento y manejo de materiales y productos con la sencillez y simplicidad que como concepto realmente tiene.
Se han pretendido generalizar soluciones de aplicación universal que casi casi resuelven todo, principalmente el manejo de nuestros productos y el satanizado concepto asociado al almacenamiento…………………..El Inventario.
Desde mi perspectiva, no, las cosas no funcionan así. El proceso de almacenamiento y manejo de los materiales y productos dentro de nuestra cadena de suministro –o de valor como muchos prefieren llamar- se debe de conceptualizar partiendo de sus fundamentaciones, y estas parten de principios y leyes físicas universales, es decir, la materia no se crea ni se destruye, solo se transforma –o en términos de cadena de suministro, se transporta- y que dos objetos no pueden ocupar el mismo lugar en el espacio al mismo tiempo.
 
Mientras no se haga realidad la tele-transportación como en viaje a las estrellas, debemos de considerar nuestro proceso de almacenaje y manejo de materiales y productos, como la base para hacer nuestra distribución de forma eficiente, flexible y competitiva.
Por esta razón es que debemos de considerar nuestro almacén o centro de distribución como una fábrica pues es en sí mismo un proceso de transformación de productos almacenados de forma arbitraria y bajo condiciones circunstanciales en un arreglo adecuado de productos listos para embarcar a nuestros clientes.
Si logramos mantener este concepto en nuestra mente en lugar de considerarlo como un simple almacén nos podremos dar cuenta que las posibilidades son infinitas y que la sencillez de las tareas nos complica establecimiento eficiente de herramientas y metodologías adecuadas para desarrollar una operación de clase mundial.
 

En un CEDIS aplican exactamente las mismas reglas y restricciones que en una planta productiva,  se requiere de personal altamente calificado en las herramientas, los procesos y en el entendimiento del negocio que estamos atendiendo. De otra forma no pasaremos de ser unos simples “almacenistas” y nuestra gran aportación a la cadena de valor será la de solo “almacenar cosas”.
Se ha pretendido en los últimos tiempos desarrollar soluciones eficientes de almacenamiento y manejo de productos solo a partir de la implementación de metodologías o herramientas que se aplican como receta de cocina.
Mas aun, con el boom de los operadores logísticos, la tercerización y los conceptos 3PL y 4PL, se nos ha pretendido vender que los expertos en almacenamiento y distribución tienen “la solución” que funciona para todo y con todo; tremendo error, el almacenamiento como parte de la cadena de suministro específica para nuestro negocio y nuestra empresa debe de seguir subordinado a las necesidades de nuestro mercado (clientes, consumidores, competencia) y este conocimiento solo lo podemos tener nosotros.
No estoy diciendo con esto que no debemos de tercerizar nuestra operación nunca, no, lo que estoy diciendo es que debemos de entender y definir que tareas no agregan valor o en cuales no soy lo eficiente que debo de ser y que alguien con más experiencia o infraestructura puede realizar y generar valor adicional para mi cadena.
Esto solo se logra entendiendo perfectamente las necesidades de mi negocio, mis capacidades y fortalezas así como mis áreas de oportunidad y mis debilidades.
 
No se pude pretender desarrollar una solución adecuada a partir solo de la aplicación de herramientas o metodologías, si conceptualizamos el CEDIS como una entidad de transformación o una fabrica debemos de entender que los procesos eficientes son consecuencia de tres factores básicos inherente a cualquier proceso productivo: gente, maquina (o infraestructura) y método (metodologías y herramientas).
Asi pues tenemos que; no solo debemos de contar con metodologías y herramientas que nos ayuden a clarificar la simplicidad y sencillez de las tareas de almacenamiento y manejo de productos, también debemos de contar con la infraestructura y equipos adecuados y necesarios; y finalmente, con la gente con las habilidades, conocimientos y competencias adecuadas a las necesidades de la operación.
 

Por el solo hecho de tratar de implementar 5’s en un almacén este no va a ser altamente eficiente, flexible y competitivo, tal vez va a estar más limpio y más ordenado pero no de la forma correcta, o dicho de otra forma, va a ser un desorden perfectamente ordenado.
Tampoco voy a tener una operación eficiente por el simple hecho solo de contar con montacargas nuevos y en exceso ni por estar en una nave más grande que la que realmente requiero o por tener sistemas de rack de última generación a lo largo y ancho de mi nave de almacenamiento.
Mucho menos voy a ser eficiente por el simple hecho de implementar un WMS de última generación con radiofrecuencia (RFID) y a tiempo real.
No, como lo he venido sosteniendo, la eficiencia, flexibilidad y competitividad me la va a dar el entendimiento que tengo de las necesidades de mi negocio y como se plasman en el diseño de mi operación y como adecuo y aterrizo los tres componentes básicos de mi proceso –hombre, máquina y método- para desarrollar la solución adecuada y necesaria.
 
Lo que me ha resultado efectivo al rediseñar  el proceso de almacenamiento en diferentes compañías en las que he colaborado se resume en los siguientes consejos:
 
1.       Utilizar enfoque de Fábrica.
Por muy sencillas que nos puedan parecer las tareas realizadas en el proceso de almacenamiento y manejo de materiales y productos, debemos de enfocarnos en el cómo se realizan y de qué forma podemos ser más eficientes y efectivos, el gran reto es la repetitibilidad de las tareas y de qué forma podemos asegurar ser eficientes en al menos el 99.99% de ellas, el foco está en el volumen de operaciones, debemos de utilizar conceptos de tiempos y movimientos para optimizar cada uno de ellos y facilitar el trabajo de cada operario.
Otro tema importante a incluir es la confiabilidad y certeza de las tareas, ubicar y mover materiales de una ubicación a otra requiere de ser siempre efectivos en cargar la información en nuestro sistema de soporte, esta es una tarea fundamental y debemos de fundamentarla en proceso y métricas de control adecuados.
Finalmente debemos de considerar el arreglo del almacén y la forma en que ubicamos y accedamos a cada producto y material. Un arreglo lógico y ordenado nos permitirá ser más rápidos y flexibles, tener orden pero sin un flujo lógico solo nos permitirá tener un almacén limpio y ordenado pero poco eficiente.
Todo esto se resume en diagramas de proceso y controles de operación, igual que en una planta productiva (manufacturera).
 
2.       El personal y las multihabilidades.
Una gran pesadilla para los que operan un CEDIS es la poca uniformidad de los requerimientos, a diferencia de una línea de producción que esta balanceada y en la cual normalmente se programa a lo largo del mes y cada integrante de la cuadrilla tiene una tarea específica asignada; en un almacén los requerimientos son muy cambiantes dentro del mismo ciclo de operación mensual, comienza con una gran demanda de recepción y acomodo de materiales y productos y –como pésima practica de negocio- termina en los últimos cinco días del mes con una demanda extraordinaria por preparar y embarcar pedidos del cliente, sobre todo las últimas 8 horas del ultimo día pues se tiene que llegar al objetivo mensual de venta.
Esto solo se puede lograr teniendo operadores multi-habilidades, es decir personal que de igual forma opera un montacargas que realiza el proceso de picking manual o que hace conteos certeros y/o carga datos en el sistema.
Esto conlleva el tener un sistema de recompensa acorde a esta necesidad, es decir, tenemos que salir del esquema tradicional de pagar lo menos –o más barato- porque al fin y al cabo operar un almacén, contar productos y mover cajas es algo que “cualquiera puede hacer”.
Una vez que logramos las multi-habilidades en nuestro personal utilizamos el concepto “flow to work” y asignamos el personal de acuerdo a la carga de trabajo que el negocio demanda, es decir, si a inicios de mes mi carga de recepción de materiales es significativamente alta, tendré al 70 u 80% de mi plantilla haciendo labores de recepción acomodo y ubicación en sistema de productos y materiales. Por el contrario a fin de mes tendré al 100 % del personal en tareas de procesamiento y surtido de pedidos para clientes.
 

3.       Estándares de operación y métricas de control.
Es de capital importancia contar con estándares de operación claramente definidos y cuantificados en base a los criterios antes señalados como tiempos  y movimientos, flujos lógicos, arreglos óptimos, etc,. De esta forma podemos definir un estándar por cada operación y una cantidad de tiempo específica para cada operación; de esta forma al determinar los requerimientos de personas/tiempo en base al volumen requerido podemos estar en control de qué capacidad podemos manejar y no sobre comprometer resultados a lo largo del mes. Huelga decir que el estricto cumplimiento de estos estándares le da certeza a la organización y es la piedra angular para poder hacer la planificación correcta de la operación a lo largo del mes.
Estos estándares deben de ser revisados periódicamente y ajustados en consecuencia, dejar un estándar por años y años es solo un signo de poca importancia para nuestra operación, insisto, la certeza es lo que da confiabilidad a la operación.
Finalmente los estándares deben de transformarse en métricas de control para los operarios a través de un scorecard, cada operario o integrante de las cuadrillas debe de tener perfecto conocimiento de que debe de hacer, como lo debe de hacer y que se espera de él/ella (es decir cuánto por hora/día/semana/mes)
 
4.       Confiabilidad en la información.
No sirve de absolutamente nada tener los estándares, arreglos, diagramas, sistemas, etc, etc si nuestro proceso no es confiable, es así de sencillo, cada vez que lo requiera seré capaz de siempre ser confiable en decir cuánto tengo y donde lo tengo y además en la mejor ubicación para acceder a él.
Esta tarea es el día a día de arreglo y acomodo de almacén y afecta directamente al resto del desempeño de la operación, entonces se debe de manejar sistemáticamente el arreglo y la entrada y salida de información en el sistema de respaldo (WMS).
Esto que suena lógico y aparentemente fácil se logra solo siendo disciplinados en el día a día de nuestra operación, algo que si no incluimos en nuestros estándares de operación se pude perder de forma rápida y fácil, la corrección lleva semanas de re-trabajo y muchos dolores de cabeza.
 
5.       Equipos auto dirigidos
Es el logro último de un equipo de trabajo en un almacén, lograr tener una operación eficiente, efectiva y sin supervisión es todo un reto pero se puede lograr. Al igual que en una planta productiva los lineamientos de TPM o Lean se pueden aplicar, combinarlos con un sistema de recompensa adecuado y con procesos de trabajo de alto desempeño.
No es fácil pero la experiencia me ha demostrado que es lograble y cuando esto sucede, al igual que en una planta de producción, los resultados son increíbles.
 
Como pueden ver, un almacén en esencia es una planta productiva y aplican exactamente los mismos principios y metodologías, es cuestión de tomar un enfoque diferente.
Como comentaba, pretender tener una operación eficiente nada más por implementar 5 S’s solo nos guiara a un almacén más o menos limpio y ordenado, solo eso.
Si queremos tener una real operación de clase mundial, cambiemos el paradigma y apliquemos todos los elementos necesarios para desarrollar un proceso productivo muy importante para nuestra cadena de suministro y que este deje de ser tradicionalmente el “eslabón mas débil”.

martes, 3 de septiembre de 2013

Capacidad y Flexibilidad de Producción. El arte de la Planeación.


Muchas de las herramientas y metodologías en boga en la actualidad tienen como uno de sus objetivos centrales, optimizar la capacidad de la producción, conectarla con las necesidades del cliente y añadir valor a la cadena de suministro.
La fórmula para hacerlo es relativamente sencilla, tener el producto requerido en el lugar indicado, en la  cantidad adecuada, en el momento correcto y al precio acordado; en pocas palabras esto se considera como una cadena que agrega valor al negocio.
Nadie puede estar en desacuerdo con estos objetivos, sin embargo, del dicho al hecho hay un gran trecho.
 
La simple aplicación de herramientas y metodologías tipo “receta de cocina” solo nos puede asegurar una cosa: el fracaso.
Lo realmente importante es entender los conceptos alrededor de lo que se denomina como cadena de valor, en la medida que entendamos esos conceptos podemos ir adaptando las diferentes herramientas con las que contamos para realmente diseñar, desarrollar y operar una cadena que agregue valor al negocio.
Lo importante en resaltar es que;  cada unidad de negocio cuenta con circunstancias y particularidades específicas que debemos de entender para poder adaptar las diferentes herramientas a esas circunstancias de forma que el resultado  esperado siempre sea el mismo: añadir valor.
Debemos de entender que lo que funciona para cierto negocio de acuerdo a sus circunstancias y particularidades no siempre o casi nunca funciona para otros.
Esto quiere decir que no por copiar exactamente igual la cadena de suministro de Apple o de Dell o de P&G (líderes en agregar valor a la cadena) vamos a tener el tipo de resultados que esas compañías normalmente entregan.
 
La base de crear capacidad y flexibilidad en el proceso de conversión o manufactura, es la manufactura misma.
Herramientas como TPM, Lean, Six Sigma, ISO, etc , etc, etc, están básicamente orientadas a desarrollar la flexibilidad y eficiencia optima que la planta puede ofrecer.
Ha corrido mucha tinta al respecto de cuál es la mejor herramienta para incrementar la eficiencia y la flexibilidad de la producción; muchas discusiones al respecto del uso de diferentes herramientas y sus resultados se encuentran por doquier; sin embargo debemos de reconocer una cosa, incrementar eficiencia y flexibilidad directamente en el proceso productivo es muy caro y lleva su tiempo, no son cambios inmediatos.
Estoy de acuerdo que en el largo plazo la inversión en el desarrollo de la eficiencia y la flexibilidad en la producción se paga y se paga con creces, lo crítico es no morir en el camino.
 
Muchas compañías invierten recursos importantes en el incremento de la eficiencia y la flexibilidad –que no en el incremento de la capacidad- con el objetivo de generar mas valor para su mercado y sus clientes, esto no es malo, todo lo contrario es una muy buena apuesta para el futuro, sin embargo es importante no desestimar que los negocios se desarrollan siempre en tiempo presente.
A nuestros clientes y consumidores no les interesa en lo más mínimo si hace dos años teníamos muy malas eficiencias y las hemos corregido, o si dentro de tres años la nueva línea de producción nos permitirá tener mejores costos y eficiencias en los productos; no a ellos les importa que hoy nuestro producto este en donde ellos esperan, en la cantidad adecuada, en el momento indicado y con la relación precio valor que ellos consideran correcta.
Entonces ¿Qué componente o concepto de la cadena de valor nos puede dar la solución para el aquí y ahora y además contemplar todas las iniciativas y cambios en propuestos para el futuro?.............La Planeación.
 
En mi experiencia, antes de comenzar a corregir o incrementar la eficiencia y/o la flexibilidad del proceso productivo, debemos de revisar y adaptar o corregir el proceso de planeación de la capacidad de producción, de los materiales y muy importantemente………de nuestra demanda.
Aquí esta una de las claves para comenzar el desarrollo de una real cadena de suministro que agregue valor y que se convierta en una ventaja competitiva y no en una ventaja comparativa.
Muchas veces la baja eficiencia del proceso productivo y sus consecuencias –altos costos, altos inventarios, mucho desperdicio- son generados por una pésima planeación de la misma; paradójicamente cuando nos empeñamos en planear para “optimizar” la eficiencia olvidándonos de nuestro mercado y de la demanda del mismo, es cuando menor eficiencia, menor flexibilidad y menor valor generamos.
 
Por esta y muchas otras razones, el proceso de planeación integral del negocio es el proceso alrededor del cual se pueden maximizar las capacidades funcionales actuales y es la base para detectar y definir las capacidades futuras.
Ahora bien, tampoco necesitamos de inicio un proceso integrado de IBP o S&OP fundamentado en un ERP a tiempo real y de última generación para poder incrementar las capacidades de producción y la flexibilidad de la misma. Solo requerimos entender dos cosas fundamentales: nuestro estado actual y el concepto de planeación
Entender las capacidades actuales significa hacer un análisis realista y objetivo de nuestras capacidades actuales, nuestras fallas y defectos –o áreas de oportunidad- nuestras fortalezas y ventajas. No se trata de seguir basados en expectativas no cumplidas o en buen español, lo que quisiéramos tener como capacidad. Solo reconociendo nuestros límites y limitaciones es que podemos establecer una estrategia adecuada de como optimizar todos y cada uno de los recursos con los que contamos.
 
Entender el concepto de la planeación es poder exprimir al máximo nuestras capacidades, establecer fronteras adecuadas y factibles pero sobre todo, comenzar a escribir historias de éxito en el desarrollo de nuestra cadena de valor.
Una adecuada planeación genera de inicio la optimización del proceso productivo, le elimina obstáculos y le permite estabilizarse para poder incrementar su capacidad por el simple hecho de  ser más eficiente.
Debemos de partir de la base de que así como casi todo es negociable, así mismo casi todo se puede planear. Es una actitud que debemos de tener hacia nuestro negocio, bajo este concepto, todo lo que pueda incidir en nuestra capacidad, nuestra flexibilidad y en nuestros resultados se debe de contemplar en el proceso de planeación.
Esto no quiere decir tampoco que debemos de desarrollar complicados modelos matemáticos que contemplen una y mil variables y sus incidencias en nuestro negocio, no por el contrario, la mejor planeación es la más sencilla y la que casi todo mundo entienda.
Del entendimiento del concepto de planeación y sobre todo, del entendimiento de mi mercado (mis clientes y consumidores, sus expectativas y requerimientos) es de donde podemos desarrollar y operar un proceso de planeación integral que nos permita optimizar nuestra cadena y realmente generar valor.
Mantener aislados los procesos de planeación de proveedores, de materiales, de producción, de distribución y de demanda solo nos lleva a tener diferentes entidades con objetivos y direcciones que rara vez coinciden.
Todas las fases de la planeación deben de estar conectadas al fin último que es cumplir con las expectativas y necesidades de mis clientes y consumidores.
De nada sirve producir al 100% de la eficiencia esperada de planta para reducir costos de manufactura si la mistad de la producción se hace solo para incrementar el inventario y eventualmente enfrentar obsolescencia y destrucción.
De nada sirve tampoco mantener casi cero inventarios de materiales si los paros de Planta por falta de los mismos disparan el costo y destrozan la eficiencia y la flexibilidad del proceso productivo.
De igual forma de nada sirve tener el inventario adecuado de productos si nunca contamos con la red de distribución adecuada para hacer llegar esos productos al mercado. Todo está interrelacionado por un simple concepto: Planeación.
 
Existen una y mil herramientas que nos ayuden a planear, sin embargo con esto no es suficiente para tener una planeación efectiva, como lo he venido mencionado, es importante tener una actitud adecuada y un entendimiento correcto del concepto para poder desarrollar y operar un proceso de planeación adecuado, aquí las recetas de cocina sirven menos que nada.
Con esto quiero decir que un planeador no nace, se hace. Son necesarias muchas horas de dedicación, de entrenamiento, de entendimiento de los procesos, de las herramientas, pero sobre todo de las conexiones.
El o los planeadores deben de tener una visión integral del negocio para poder entender y aterrizar las restricciones del proceso particular y del proceso general. Deben de tener la capacidad de trabajar en equipo para poder compartir información al respecto de la cadena productiva.
El proceso de planeación no pude ni debe de  dejarse en manos inexpertas, es un proceso crítico, más aun que el mismo proceso productivo. De la correcta aplicación del concepto de planeacion dependerá el desempeño de la manufactura, los inventarios, la distribución y las ventas.
Un proceso bien planeado entregara resultados positivos aun cuando se cuente con limitaciones considerables en el proceso productivo, la distribución o el mercado.
Un proceso mal planeado, entregara resultados mediocres aun cuando se tenga un proceso productivo de última generación, un ERP integrado y moderno y los recursos necesarios para la operación.
 

En resumen, muchas empresas le dan mucho más importancia y preponderancia al expertise técnico de su proceso de manufactura, esto es bueno tenerlo pero es inherente al mismo proceso productivo, es decir, aun cuando no lo conozca de inicio, el solo hecho de operarlo en el día a día, me puede dar la maestría técnica del mismo con el tiempo.
El experise en el proceso de planeación no se da por el simple hecho de dominar técnicamente el proceso productivo, este se debe de ir construyendo y desarrollando con el tiempo y de la mano de expertos en ese campo.
Tener el conocimiento técnico de la operación es una buena base para comenzar a entender y aprender el proceso de planeación, no contar con ese conocimiento técnico no es una limitante para planear adecuadamente si es que se domina y entiende el proceso de planeación.
Por el contrario, llegar a aprender la técnica de un proceso productivo después de contar con la maestría y experiencia de la planeación enriquece la operación.
 
La clave del éxito de cualquier cadena de suministro que pretenda generar valor para sus clientes radica en desarrollar y operar una nivel de planeación superior a su capacidad de producción, esto es, no importa que tan limitado sea mi proceso productivo, si lo planeo adecuadamente, le puedo sacar casi el 100% de eficiencia y flexibilidad y mantener mis objetivos de negocio de forma correcta y de acuerdo a mis limitaciones.
Más adelante estaremos discutiendo sobre la planeación integrada, la planeación centralizada y la extensión de la cadena de valor, es decir hasta donde debo de extender mi cadena para poder tener la planeación adecuada.