jueves, 12 de julio de 2018

El éxito del día a día, el camino a la excelencia

Mucho se ha escrito acerca de la excelencia, hay varios expertos en la materia ayudando a empresas e individuos así como también pululan por el mundo corporativo miles de pseudo-gurus que pretenden enseñar a la gente a como mover montañas cuando solo las conocen en fotografías, en fin, de todo hay en la viña del señor.
Obviamente no es mi intención erigirme como el experto y conocedor de este tema tan interesante, controversial e importante, por una sencilla razón, no soy ningún experto; simplemente quiero compartir mi punto de vista basado en mi experiencia personal a lo largo de 33 años de trabajo donde los fracasos -algunos- y los éxitos -afortunadamente, los mas- me han enseñado algunas cosas que muy difícilmente en el aula o en un curso se pueden entender.

Por principio de cuentas donde encontramos la primera gran controversia es en la definición de éxito en si mismo, desde mi perspectiva esto es algo muy personal y cada quien lo define en base a su circunstancia especifica, su entorno, sus intereses y objetivos y sobre todo y lo mas importante, lo que lo hace sentirse bien. En mi caso personal mi definición de éxito es hacer lo que me gusta y lograr lo mejor que pueda. Suena un tanto ambiguo pero en el fondo no lo es tanto, simplemente es estar a gusto con lo que haces y todos los días hacer lo correcto y mejorarlo, de esta forma sigues estando a gusto.
El foco de la discusión es como enfocamos intereses y objetivos individuales a lograr el éxito de una empresa, de un negocio, de una institución; como podemos construir de lo personal hacia lo colectivo y en el camino conciliar diversos intereses y visiones. Para mi la solución es bastante simple: objetivos comunes subordinados a los objetivos generales de la empresa bien entendidos por todos, realistas y retantes pero sobre todo.........medibles para generar un cultura de seguimiento y cumplimiento. Nada es mas satisfactorio que poder cumplir con las metas que nos ponemos, por mas rutinarias o "aburridas" que parezcan. El peor mal que he encontrado en las empresas en las que he colaborado es el de no tener las métricas correctas o -peor aun- no medirlas ni dar seguimiento al avance diario/semanal/mensual. No es un tema menor este de poner objetivos y métricas correctas y darles seguimiento, para mi es el cimiento sobre el cual construir cualquier cantidad y tipo de mejoras que nos lleven a un mejor desempeño.

El segundo punto importante después de contar con los objetivos comunes, es el de saber como hacer las cosas de forma correcta y fácil, es decir, el proceso adecuado. No es un tema menor pues muchas veces en el afán de lograr la excelencia, buscamos desarrollar el proceso optimo que, en la gran mayoría de las veces, nadie entiende y nadie sigue. Para mi el gran enemigo de la excelencia es la anarquía, definiendo anarquía en una empresa, como el estado en donde cada quien hace lo que cree que es correcto sin preguntar a los demás el impacto de sus acciones. Todas las personas y organizaciones deben de tener muy claro que deben y que no deben de hacer y sobre todo, como hacerlo, que implicaciones tiene el no cumplir con las tareas encomendadas y el impacto sobre otras personas y áreas; de esta forma podemos forzar un poco la empatía dentro de la empresa, si entiendo como te afecto al no hacer bien mi trabajo, puedo hacer algo diferente para remediar la situación.

Finalmente lo mas importante, una idea que yo llamo la "disciplina de la repetición", es decir, todos los días hacer bien lo que se supone debo de hacer, sin excusas ni pretextos, hacer las tareas encomendadas, generar y proporcionar la información requerida y siempre buscar la forma de hacerlo bien o mejor a pesar de cualquier eventualidad. Aquí un punto importante que normalmente es mal visto...................pedir ayuda¡. Si la situación me esta rebasando y no estoy pudiendo, no esta por demás pedir ayuda, al final es en beneficio de todos. Una vez resuelto el tema podemos analizar que fue lo que paso y mejorar lo que se tenga que mejorar, pero en el inter, todos fuimos capaces de cumplir, de igual forma, si tuve la oportunidad de ayudar a mis compañeros, es un logro y una satisfacción mas durante el día o la semana.

En síntesis, lo que quiero compartir es que, como alguno de mis mentores alguna vez me compartió, la excelencia y el éxito no se mide por las cosas excepcionales que ocasionalmente haces o logras, la excelencia es hacer todos los días lo que te toca de forma correcta y oportuna consistentemente, nada mas. Cuando en un grupo de trabajo u organización se logra que todos los integrantes cumplan con cada una de sus tareas y misiones de forma disciplinada y consistente, entonces puedes decir que tienes una organización de excelencia. Por lo que, cualquier tipo de negocio, organización o equipo de trabajo tiene la oportunidad de ser excelente y demostrar y presumir -por que no- sus logros y resultados; habrá quien diga que eso no es nada del otro mundo, que para eso están las personas, sin embargo no deja de ser una realidad que entregar de forma consistente y constante los resultados esperados, solo las organizaciones de excelencia pueden hacerlo.

Una conclusión final, la perfección no existe de forma individual, esto es, que por mas conocimiento, habilidades o experiencia que una persona posea, no lo hace perfecto. Sin embargo bajo ciertas reglas y estándares, si podemos concluir que un equipo de trabajo bien balanceado, donde cada quien hace lo que le toca, donde el mejor calificado esta en las posiciones indicadas y donde todo mundo reconoce el valor de todas y cada una de las actividades -por ejemplo, la limpieza y orden de las instalaciones, responsabilidad de los compañeros de limpieza-; podemos concluir que existen los equipos de trabajo perfectos.
Por eso es clave trabajar en y reconocer los logros del día a día, es la base del éxito y la excelencia, la suma de los logros de todos los integrantes, durante todos los días es lo que va a proyectar a la organización hacia adelante y le adra la fuerza la visión para enfrentar cualquier reto que se le ponga, lo importante entonces, es comenzar con tareas fáciles y aparentemente sencillas como -parafraseando al Almirante americano comandante de los Navy Seals- tender la cama ¡¡¡¡¡¡¡¡¡