lunes, 8 de julio de 2013

El control de costos en la cadena.

Lo que tenemos que entender para ser competitivos.
 
Estamos frente a un conflicto que se presenta un día sí y otro día también en la operación de nuestra cadena de suministro al grado de que nos hace confundir entre el medio y el fin de la cadena.
Si bien los costos de operación y el costo total de operación de nuestra cadena de suministro pueden llegar a ser las variables o parámetros de medición interna más importantes, no es de ninguna forma el objetivo y el fin de la misma.
Es muy, muy difícil poder disociar el objetivo último de la cadena de los parámetros de costos de operación de la misma. La tendencia natural y la presión interna dentro de la Organización terminan por confundir y reorientar a la operación a perseguir objetivos únicamente de reducción de costos y muchas veces también de flujo de efectivo (vía reducción de inventarios).
Cuando tenemos una cadena orientada 100% a la reducción de costos y como medida principal el costo de operación, solo podemos conseguir una cosa: el menor costo de operación posible.
 
Esta aseveración tiene varios trucos y trampas implícitas que tratare de explicar en esta exposición, pero por principio de cuentas me gustaría señalar la importancia del control de costos en la operación.
Es absolutamente indispensable para considerar una cadena de suministro como exitosa, que esta sea la más eficiente en costos de operación, esto no quiere decir que va a ser la más barata, son cosas diferentes.
El costo es muy probablemente una de las dos variables más importantes a medir, controlar y administrar, la otra variable importante es el nivel de servicio y satisfacción a nuestro mercado y nuestros clientes. Es relativamente fácil caer en una situación de excesivo control d costos y confundir el fin de la operación, una vez que estamos en ese estado solo es cuestión de tiempo para que las cosas comiencen a ir mal……………….
¿Por qué lo digo?, por experiencia, lo he visto una y otra vez, operaciones que fracasan por el excesivo control de costos y por anteponer esta variable al fin ultima de la cadena. Asi como una política muy laxa en cuestión de control de costos nos lleva al fracaso al generar una operación ineficiente y devoradora de recursos financieros, el anteponer las variables de costo y de flujo de caja nos lleva a un fracaso en el objetivo de la cadena, podemos llegar a lo que se conoce como “morir de éxito”, un ejemplo:
 
Cuando confundimos el objetivo con el medio para lograrlo podemos desarrollar un sistema de asignación de transporte tan eficiente en términos de costo que generamos todos nuestros envíos con ocupaciones superiores al 85% y con las mejores asignaciones de rutas que minimicen tiempos de entrega y recolección, maniobras y gastos.
Sin embargo corremos el gran riesgo de no atender las necesidades de entrega de nuestros clientes, fallar con las entregas completas y a tiempo y poco a poco ir perdiendo volumen de venta y lentamente la viabilidad del negocio, eso si de una manera muy eficiente en costos.
 
Podemos cada vez tener menos capital de trabajo invertido con una drástica reducción de inventario, esto también nos puede llevar a una rápida salida del mercado al no tener disponible producto para hacer frente a las variaciones de la demanda, es la manera más rápida de perder share y presencia.
Eso sí, gozamos de buenas cantidades de efectivo en la cuenta y casi no tenemos cuentas por cobrar –porque casi no vendemos- al final del día estamos cada vez más cerca del fin del negocio pero de forma “muy eficiente”.
 
Por eso es necesario que se tenga bien claro cuál es el fin y cuál es el medio para lograrlo.
Todo parte del inicio, de la definición de la cadena y de su aportación al negocio; desde la definición misma de la visión y misión del negocio, ahí es donde se clarifica el objetivo de nuestra cadena, siempre ligada al objetivo de negocio.
Una vez que se tiene definida la misión y visión del negocio y el fin último de la cadena, podemos desarrollar durante la fase de diseño los componentes y procesos necesarios para la operación, la siguiente validación es el costeo de la misma y su posterior validación dentro de los objetivos y resultados de negocio.
Esto es fundamental para establecer la base de arranque y el desarrollo del proceso de mejora continua que nos permita mejorar y optimizar los costos operativos, sin dejar de cumplir con el fin último de la cadena.
La mejor cadena es la que cumple su fin de la mejor manera posible y con los mejores costos asociados de operación en relación a ese fin.
 

El Control de los Costos Operativos.
Es importante recalcar la importancia de mantener los costos operativos dentro de control y de tener un sistema de mejora continua que nos permita desarrollar estrategias y procesos que nos ayuden a reducir los costos o en su caso, a hacerle frente a las continuas alzas de servicios como transporte y almacenamiento que tienen incrementos continuos por el alza en combustibles y energía.
 
Desde el proceso de diseño se debe de establecer claramente la estrategia de control de costos con mediciones continuas y controles adecuados, sin embargo este control NO ES EL FIN DE LA CADENA, es la forma en la que se auto administra y logra cumplir su fin con los costos adecuados.
Lo mejor y más eficiente es el de establecer los costos en función del porcentaje del mismo en función del precio de venta de nuestro producto y compararlo con el sector o industria en el cual nos estamos desempeñando
No es lo mismo establecer una cadena de suministro para agua embotellada que para componentes electrónicos, la participación de los costos operativos en el costo total del producto es bastante diferente; por esta razón debemos de entender en donde estamos compitiendo, contra quien estamos compitiendo y cuáles son los costos asociados a ese sector o industria que nos harán ser exitosos.
 
Una vez definidos estos rangos debemos de proceder a simular nuestra operación y evaluarla en términos de que servicio nos puede entregar y a que costo.
Solo así podemos definir si tenemos la cadena de suministro adecuada o no para nuestro negocio.
Una vez que tenemos esta validación debemos de proceder a desarrollar los controles y medidas adecuadas que nos ayuden a tener un correcto control de los costos operativos, los procesos de mejora continua y muy importantemente, entender como las fallas en la operación y los errores en la misma generan sobrecostos que pueden llegar a ser críticos en un momento determinado.
 
Uno de los grandes errores cuando se diseña la cadena, es el de no entender el costo de no operar de forma correcta, normalmente pequeñas variaciones nos dan pequeños sobrecostos que de forma aislada pueden llegar a considerarse despreciables, pero que cuando se acumulan, nos meten realmente en problemas y nos pueden llevar a medidas desesperadas que no corrijan el problema sino que por el contrario, lo magnifiquen; ejemplo:
 
En el afán de mantener un “excelente” servicio al cliente podemos comenzar a enviar menos cajas por ruta o envío, y añadir unos cuantos pesos por caja, de forma aislada, estos pesos extras no son de gran importancia, sin embargo perdemos de vista que embarcamos varios miles de cajas a la semana y en la suma anual estamos hablando de un sobrecosto de varios centenas de miles de pesos.
Posteriormente pretendemos subsanar el error cotizando con un transportista “más barato” y que por consiguiente tiene un desempeño menor, mantenemos nuestras fallas en la operación y seguimos con sobrecostos fuera de control, lo último que queda es comenzar a usar transporte de oportunidad y el nivel de servicio decae a niveles en los que las quejas de clientes y cancelaciones de producto se hacen críticos. Todo por no mantener un buen control nuestra operación que nos asegure un correcto control de los costos operativos.
 
Es en este tipo de fallas y errores donde debemos de establecer una estrategia clara de análisis y corrección, si desde un inicio no tenemos claro como contribuye cada proceso a la integración del costo total operativo no estamos haciendo bien nuestra tarea de inicio.
 
Control de Costos Externo. El gran error.
En muchas organizaciones el control de costos y por consiguiente la toma de decisiones operativas dentro de la cadena de suministro, se realiza por una entidad externa, de forma más común por el área financiera.
Es la forma más rápida de morir de éxito, o como cuenta el dicho popular “cuando ya te habías acostumbrado a no comer,  se te ocurre morirte”.
Caer en la tentación de que alguien más supervise y tome decisiones de costo dentro de nuestra operación es la forma más fácil, simple y sencilla de matarla; es nuestra responsabilidad el correcto funcionamiento de la operación, no podemos esperar que alguien externo nos venga a decir dónde está el problema y como solucionarlo y menos cuando no entiende las interrelaciones e interconexiones de los procesos y como afectan estos al costo total operativo, va otro ejemplo:
 
En cierta compañía en la que participe alguna vez durante una sesión de revisión de costos de transporte se dieron cuenta que el 10% de los costos de envió eran relativos a las maniobras que se cobraban por la carga y descarga con el cliente de los productos que se enviaban.
Financieramente se encontró una manera “fácil y rápida” de resolver el tema y ahorrar en grande, se eliminaban de las tarifas de transporte las maniobras y se utilizaba al personal del área de embarques del almacén para realizar esta actividad puesto que en el último análisis financiero se había determinado que existían tiempos muertos en donde no se requería el personal pero que se pagaba por tenerlo. Lo mejor de los dos mundos, se mataban dos pájaros de un tiro y todo quedaba solucionado de forma fácil y sencilla.
 
Lo que nunca nadie previo ni reviso fue que los horarios de envio y recepción con clientes no concordaban con los horarios de la operación, esto es, el 80% de los embarques se realizaban entre las 3:00 y las 5:00 PM y las entregas físicas a clientes se realizaban entre las 5:00 y las 7:00 PM. Por otro lado las entregas matutinas tenían tiempos de ruta y de espera para descarga de 4 a 5 horas. Al final del dia, la mayor parte del tiempo de la jornada laboral del personal del almacén dedicado a hacer las entregas se la pasaba sentadito en una camioneta en ruta o esperando anden para descargar; se tenían que pagar un promedio de 4 a 5 horas extra diarias por persona y el 80% de esas horas extra el personal venia cómodamente sentado de regreso de hacer la entrega.
El sobrecosto de tiempo extra y contratación de personal adicional para cumplir con las entregas superaba en más de cuatro veces el costo de las maniobras realizadas por el chofer y su ayudante dentro de su propia jornada de trabajo.
 
Este es el tipo de acciones y decisiones que ningún responsable de la operación se pude dar el lujo de permitir por no tener el adecuado control de su operación.
Por eso, si bien el control de costos no es el objetivo último de la operación, si es la variable critica a controlar –el medio pues- para poder definir nuestra operación como exitosa.
Un buen control de los costos parte de un buen conocimiento y entendimiento de cómo funciona nuestra operación, las variables que la afectan y las posibles soluciones.
La medición continúa y sistemática de estas variables críticas es la clave para mantener el control, recuerden que lo que no se mide no se controla.
 
Posteriormente les compartiré algunos tips para mejorar el control de los costos operativos en la cadena recolectados a lo largo de más de 25 años de aciertos (los más) y errores (los menos).

lunes, 17 de junio de 2013

5 Formas de Perderse en la Cadena.


 

Lo que no debes de hacer para perder el rumbo.
 
En la actualidad el mercado está lleno de “expertos” en metodologías –validas todas ellas- pero que por sí solas y por el simple hecho de aplicarlas no necesariamente resuelven los problemas de desempeño de la operación.
Estos autodenominados “expertos” normalmente carecen de experiencia operativa en operaciones diversas, es más, algunos nunca han abandonado el salón de clases o de conferencias.
No es tema de este blog discutir las fundamentaciones teórico-conceptuales de las metodologías y herramientas ni de argumentar a favor o en contra de la formación académica y teórica de estos expertos.
El interés básico es en emitir recomendaciones válidas y probadas en el mundo real a lo largo de más de 26 años de experiencia en el análisis, diseño, operación y reingeniería de cadenas productivas, solo eso.
La recomendación es la de adaptarse a  alguna metodología y utilizarla como la herramienta base para el análisis, rediseño y operación de sus cadena de suministro, pero manteniendo en la mente que la herramienta es solo eso, una herramienta no la varita mágica que nos va a indicar no solo que es lo que está mal sino como resolverlo.
 
1.       El desconocimiento interno. Primero lo rimero, conozca su operación.
Una de las principales fallas en la operación es el no saber exactamente cómo funciona, como se conecta y cuáles son las variables críticas –reales- que si se modifican, modifican la salida o resultado de mi operación.
Normalmente en el día a día vamos haciendo pequeñas modificaciones o adaptaciones a los procesos o subprocesos, más si no los tenemos documentados, esto con el paso del tiempo nos lleva a operar de una forma muy, pero muy distinta de cómo fue diseñada inicialmente la operación. Estos pequeños cambios quedan grabados en la memoria de alguien y no se documentan, cuando menos lo pensamos ya tenemos un pequeño frankestein que no tiene ni pies ni cabeza.
Antes de llamar a un experto, de modificar cualquier cosa o de intentar utilizar alguna herramienta, primero debemos de entender el hoy de nuestra operación, como está funcionando y cuáles son las variables críticas reales que están afectando el desempeño.
¿Cómo lograrlo?, lo más sencillo es detectar dos grandes flujos y mapearlos, el flujo de los materiales y el producto y el flujo de la información. Debemos asegurarnos de cuantificar los tiempos de cada paso y los eventos críticos o milestones que nos van a servir en el futuro.
De acuerdo al modelo japonés, primero es llevar el proceso a su nivel básico de operación, libre de fallas, muchas veces esto se logra con el solo hecho de entender cómo funciona hoy y compararlo contra el modelo de como debiera de funcionar,
Lo más importante es que antes de llamar a un experto tengamos claro que es lo que realmente nos duele.
 
2.       La Cerrazón. No de las cosas por sentadas.
Otro error común es el de suponer que solo los expertos en la parte técnica de nuestro proceso son los únicos capacitados para ayudarnos a encontrar una solución.
Solo el experto en la operación de una maquina puede resolver la fallas de la misma y de todo el proceso.
Por principio de cuentas tenemos al experto en la operación de “nuestra” maquina, es decir nuestro operador, nadie mejor conoce como funciona –bien o mal- nuestra máquina, tenemos a los responsables de los procesos, nadie mejor que ellos para que nos expliquen cómo funcionan los mismos.
Por lo tanto no necesitamos –todavía- más experiencia técnica, requerimos ayuda y conocimiento conceptual y practico en el desarrollo de soluciones.
El real experto en el desarrollo de soluciones nunca llegara a ofrecer una solución por si solo y por sí misma, el que realmente sabe ofrecerá desarrollar la solución a través de nuestros recursos y de nuestro equipo de operación.
Para esto no requiere ser el super experto en la tecnología de nuestro proceso o de nuestras maquinas, se requiere conocer y dominar las herramientas metodológicas y contar con la experiencia adecuada para visualizar la situación, enfocar los esfuerzos y detectar y atacar las causas raíz no los síntomas.
Si las máquinas están generando múltiples problemas la razón es sencilla, no están en condiciones básicas de operación y no están cumpliendo las especificaciones para las cuales fueron diseñadas, podemos comprar nuevas –lo menos viable- o traer a los expertos técnicos que las arreglen y las dejen funcionando pero no estamos resolviendo la causa básica del problema que es; que está motivando y como se está accionando el hecho de llevar las máquinas y equipos a condiciones no correctas de operación, resuelvo esto y resuelvo el 95% de mis problemas futuros.
Funciona para las máquinas y equipos y por consiguiente funciona para procesos ni duda cabe.
No se vayan con la idea equivocada que el experto lo es porque domina “mi” proceso, el único experto en “mi proceso” soy yo.
Considere que los conceptos, ideas y soluciones aplicados en otras industrias o tipos de operación, son siempre válidas y replicables, de no ser así, la industria mundial seguiría estancada en los procesos y sistemas de la revolución industrial.
Considere todas las ideas, sobre todo las de su equipo de trabajo, en un 80% ellos tienen la respuesta es cuestión de desarrollarla y ayudarlos con metodología, herramientas y un guía.
 

3.       La Impaciencia.  Espere, Roma no se hizo en un día.
Por muy adecuada y poderosa que sea la metodología o las herramientas para mejora de la cadena y por muy experimentado y conocedor que sea el consultor, no espere resultados impactantes y cambios dramáticos de la noche a la mañana, esto no existe.
Los grandes cambios se realizan poco a poco y día a día, la suma de una mejora diaria (pequeña y casi imperceptible) nos genera 360 cambios en un año.
No nos fijamos en los cambios físicos que sufre nuestro cuerpo día con día, pero cuando revisamos la foto de hace un año nos damos cuenta de los cambios, así es el trabajo de mejora continua de una Organización.
El plan en establecer el camino correcto hacia un sistema de mejora y romper la inercia de fallas, errores e ineficiencia, ese es el fin. Una buena estrategia contempla el desarrollo de controles y métricas que nos vayan indicando si seguimos en la dirección correcta o no. Lo más importante es entender y conocer nuestra operación, que la mueve y a que es sensible, de forma intuitiva podemos estar tomando ciertas decisiones en la dirección correcta.
Muchas veces la inexperiencia de los “expertos” en metodologías y herramientas y no en mejora de procesos y sistemas de operación, nos lleva a presuponer que con el simple hecho de realinear y modificar en el papel un proceso, sistema o método, nos lleva en automático a la mejora dramática del desempeño; esto no es asi, por el contrario es el camino rápido al fracaso y a la frustración y terminamos generando lo que comúnmente se conoce como “vacuna a la organización” contra cualquier cambio o mejora.
La mejora continua de la cadena de suministro es como un maratón, debemos de estar bien preparados y entrenados, debemos de conocer y planificar la ruta, contar con una estrategia adecuada de competencia, debemos de contar con el equipo adecuado y por último y más importante todavía, una vez comenzado debemos de ser consistentes, esforzados y disciplinados.
El maratón no se gana saliendo en un sprint de 500 mts y ser más rápido que todos, debemos, primordialmente, terminarlo, esa es la victoria, terminar.
Solo aprendiendo a planificar a largo plazo –los 42 km del maratón-podemos diseñar, planificar y ejecutar de forma consistente los cambios y mejoras adecuadas y medirlos contra un mejor desempeño. Si nuestro horizonte es de solo unas cuantas semanas o meses nunca tendremos opción de ser exitosos, es como correr maratones y consistentemente salirnos en el kilómetro 5 por agotamiento, frustración o falta de dirección.
 
4.       Falta de Iniciativa. Si no está roto para que lo arreglo.
Muchas organizaciones carecen del sano ejercicio de la autocrítica, si a esto le sumamos una pobre visión del estado futuro y un horizonte de planeación de solo lo inmediato no es de extrañarse que esa organización sea presa del día a día y que los problemas del mismo la agobien y eventualmente la aniquilen.
Debemos de contar con mecanismos que nos comparen y califiquen contra un ideal y que nos vayan indicando que tan cerca o lejos estamos de ese ideal.
Ese ideal debe ser realizable y debemos de complementarlo con una estrategia y un plan para llegar ahí.
Esto no se logra por sí solo, se requiere de una fuerza y una energía enorme para que toda la Organización se involucre y participe de este modelo, esa energía se obtiene solo a través de la iniciativa.
En la mayoría de los casos las operaciones con fuertes problemas de desempeño saben que están mal, saben lo que está mal pero no saben cómo corregirlo, sin embargo aun así no realizan esfuerzo alguno por buscar una solución. Finalmente consideran que es más riesgoso hacer un cambio y que este salga mal o peor de lo que ya tienen, al final del día, la operación “sale”, regular o mal, pero “sale”.
Normalmente se culpa al líder de la Organización de no proponer y propiciar un cambio, eso es correcto, pero en muchísimos casos, la misma Organización con su apatía e indolencia ante los problemas genera un statu quo que es muy dañino para toda la operación. Todos los que integran una operación son los directamente responsables propiciar, generar, participar o ejecutar alguna mejora; por consecuencia, deben de ser los principales promotores del cambio y la mejora continua.
La falta de acción, la indolencia y apatía, el desinterés por hacer algo diferente que me ayude a mejorar algo del desempeño son las constantes en este tipo de operaciones. Es doblemente difícil tratar de desarrollar una solución adecuada sin el interés y participación de la Organización. Por eso se dice y se dice bien que la pero decisión es aquella que se posterga o no se toma.
 

5.       La Confusion del fin. Que es primero el huevo o la gallina.
Un error garrafal es el de considerar a mi cadena de suministro –y por consiguiente a toda la función operativa- como el fin del negocio, es decir, la parte fundamental y la razón de ser de mi plan de negocios.
La cadena y la operación son por definición, el medio de cualquier estrategia de negocio.
Muchos responsables de cadena de suministro y/o de la operación confunden esta situación más aún si el proceso de negocio está orientado fuertemente a la manufactura intensa de productos.
Si bien el diseño y operación de las operaciones juega una parte crítica y estratégica del plan de negocio, no deja de ser una mera circunstancia alrededor de la cual se construyen los planes y objetivos del mismo.
Solo cuando se tiene el claramente entendido el rol de la cadena y de la operación dentro de la empresa –el medio para llegar al mercado, a los clientes, a los resultados- se pude definir la estrategia de operación adecuada y como consecuencia, el diseño, desarrollo y operación de la cadena de suministro que requiere o necesita el negocio.
Desgraciadamente en muchos casos esta visión no está perfectamente entendida por los líderes de la operación y se toma a la cadena como el fin último del negocio; generando con esto conflictos, desviaciones, discrepancias y fallas críticas en la obtención de los resultados clave del negocio.
De acuerdo a varios teóricos –primordialmente mi guru personal, Peter Drucker- la cadena nace y se justifica como parte de una empresa y negocio para subordinarse al mercado y sus necesidades y satisfacer a sus clientes.
Es solo así que podemos encontrar el sentido adecuado a la operación y es solo así como el diseño y operación de la misma puede garantizar el éxito del negocio.
Pretender que la operación por si misma de la cadena y su “eficiencia” aislada es la que nos va a ser ganadores en el mercado es rayar en la demencia, no entender la fundamentación moderna de los negocios ni las leyes del mercado.
No importa cuán preponderante sea la operación dentro de nuestra empresa, al final del día esta se debe de subordinar al mercado si es que realmente quiere tener éxitos y trascender. A nuestros clientes y/o consumidores no les interesa si tenemos una eficiencia del 100% en nuestros procesos, si tenemos maquinas “state of the art”, si ganamos premios de productividad o si nuestro scorecard muestra solo parámetros en verde arriba de los objetivos; ellos quieren sus productos en el momento indicado, en el lugar adecuado y con un valor correcto, así de simple.
Esto no quiere decir que las eficiencias de los procesos, las métricas y controles intermedios y los resultados de la operación no importen, son críticos en la medida que esta orientados a satisfacer al mercado, eso es lo que hace ganadora a nuestra cadena.
Es difícil cambiar esta mentalidad en algunos casos pero tenemos que hacer el esfuerzo, de otra forma estamos irremediablemente condenados al fracaso aun con una eficiencia del 100% ¡¡¡¡¡¡

lunes, 27 de mayo de 2013

Basicos de MRP II para PyME’s


Primero lo primero
 
Muchas empresas que han logrado subsistir las etapas iniciales –y críticas- de su ciclo de vida, normalmente sufren mucho en su proceso de consolidación y crecimiento y tienden si no a desaparecer, si se quedan condenadas a mantenerse en un ciclo vicioso de freno al crecimiento, fallas en la operación y sobre todo, baja confiabilidad en su respuesta a clientes; todo esto aunado a un sobrecosto importante que no permite la inversión en nuevas tecnologías, herramientas, materiales, etc.
 
Muchos de estos males se generan desde el inicio y son consecuencia de un mal diseño o fallas en el mismo de la capacidad operativa.
Si bien el foco de la estrategia en las primeras etapas de la empresa está en consolidar el mercado, el mejor medio para lograrlo es una adecuada confiabilidad de la operación.
De nada sirve tener el mercado si no se tiene el producto o servicio cuando este es requerido, tampoco es viable tenerlo pero a costos superiores inclusive del precio del mercado, caemos en la vieja ecuación negativa de “entre más vendo, mas pierdo”
Por eso es importante establecer algunos parámetros, procesos y métricas de inicio que nos ayuden a operar, controlar y medir la eficiencia de nuestra cadena de suministro, ya sea que manufacturemos, maquilemos o solo comercialicemos los productos que vendemos.
 
Mucho se habla del couching de negocios orientado al marketing y a las ventas, es muy importante para consolidar los mercados y los nichos del mismo que estamos atendiendo, sin embargo es igual de importante ir construyendo la capacidad operativa para tener los productos necesarios en la cantidad necesaria en el momento indicado, una cosa no puede existir sin la otra. El mercado moderno es muy poco tolerante o casi nada tolerante al backorder, si lo tengo realizo la venta si no lo tengo alguien más lo hará, los clientes ya no se pueden dar el lujo de esperar.
Como lo he venido sosteniendo, la mejor cadena es la más simple, sencilla y por lo tanto efectiva; no debemos de entender por simple y sencilla, la ausencia o falta de componentes básicos de la misma, por el contrario desde un inicio debemos de asegurarnos que los componentes básicos están presentes, así cuando la consolidación y el crecimiento se concreten, nos será mucho más fácil hacer crecer la capacidad de nuestra cadena.
 
Existen muchas metodologías y formas de diseñar y desarrollar la capacidad operativa, desde mi perspectiva debemos de comenzar por los básicos y unas vez que los entendemos y dominamos, estamos listos para herramientas y metodologías más complejas y más completas.
Creo que comenzar con los fundamentos y principios básicos de MRP II es un buen enfoque para desarrollar la capacidad operativa, son principios, procesos y controles básicos que nos ayudaran a fundamentar sólidamente nuestra capacidad de operación.
Sin más adentrémonos en los básicos y principios de cada componente.
 
BOM (Bill of Materials)
Aun cuando el nombre suena muy rimbombante y el concepto a detalle es algo complejo, lo importante esta en entender que es lo que se pide y que es lo mínimo necesario para poder no solo cumplir con este proceso y sobre todo, como nos ayuda a darle claridad y viabilidad a la operación.
La base esta en entender que como principio básico, debemos de tener documentado cuales son nuestros productos, clasificarlos y ordenarlos por familias, tipos, costos, etc, lo que sea más entendible para todos.
Posteriormente debemos de documentar los materiales, componentes e insumos  y los usos (Formula, esquema, diseño, etc) por componente de cada producto. Esta es la base para el cálculo de materiales, espacio en almacén, operaciones de manufactura, costo, etc.
¿Porque es tan importante mantener este proceso en forma continua y documentar cualquier cambio? La respuesta es sencilla, porque de otra forma nos perderíamos en cuál es el costo correcto de nuestro producto, las fallas en la producción se enmascaran y la planeación de los materiales se convierte en un caos.
La parte importante de este proceso es el control, se deben de mantener controles estrictos (sencillos, simples y adecuados) para evitar cambios y adecuaciones no registradas que a futuro convierten la operación en un auténtico caos.
Está demostrado que no comenzar con este proceso básico genera infinidad de sobrecostos, re-procesos, errores y disputas en el futuro.
Se puede diseñar algo tan sencillo como files en Office con los controles de cambio necesarios para que sean efectivos, asimismo, todo se debe de mantener documentado.
 
 
MSM (Materials Supply Management)
Este proceso está íntimamente ligado con el anterior, en los últimos años se ha desvirtuado en una “moda” (Calificacion y desarrollo de proveedores), es concepto básico prevalece y es igual de importante que los demás componentes del MRP II.
Se trata de delimitar y clarificar nuestras fuentes de suministro de materiales, insumos y componentes y de establecer la estrategia y políticas de suministro de estos componentes.
El concepto básico a entender es el de establecer las condiciones y restricciones bajo las cuales se efectuara el suministro de los materiales e insumos, es decir, a quien le debo de comprar, bajo qué condiciones y cuáles son los costos asociados a estas condiciones.
De igual forma se debe de mantener todo el proceso documentado y mantener un control de cambios que nos asegure cumplir con la estrategia y políticas de suministro.
No debemos de confundir este proceso con el proceso de Compras o Suministro Estratégico que es el directamente responsable del diseño y establecimiento de la estrategia y las políticas de suministro, además de la selección de los proveedores, la negociación y establecimiento de las condiciones de compra y los términos de pago de la misma.
El MSM es el responsable de mantener y seguir la estrategia y las políticas y trabajar y desarrollar de forma conjunta con los proveedores las capacidades de planeación y operación conjunta con los proveedores.
 
MRP (Materials Requirement Planning)
Concepto básico que viene desde el desarrollo de los primeros sistemas operacionales generados a partir de la revolución industrial, que no por ser “antiguo” deja de ser importante, crítico y vigente en la operación moderna de la cadena de suministro.
Conjunta importantes entradas de información de los dos procesos anteriores, es decir: las listas y usos de materiales, las listas de proveedores asignados para cada material y sus capacidades de planeación, producción y entrega para generar el plan maestro de suministro de materiales e insumos que será requerido para cumplir con el plan de producción acordado en nuestro esquema de producción-distribución-venta de productos.
Quizá la parte más importante de este proceso es la gestión del inventario, dentro de este proceso se deben de definir, implementar y controlar las políticas de inventarios que darán viabilidad a la operación , sus costos y sobre todo, el flujo adecuado de efectivo que es fundamental para cualquier empresa, sobre todo cuando está en etapa de desarrollo y consolidación.
Este componente –que es el más obvio- es el que más a menudo falla y el que nos puede llevar al fracaso si no lo mantenemos bajo control porque nos impacta en dos variables críticas: flujo de efectivo, al tener excesos de inventarios, inventarios obsoletos e inventarios caros; y costo de producción, al mantener paros excesivos en nuestras líneas de producción por la falta de materiales y componentes.
Aquí lo importante es siempre planear y pedir lo materiales e insumos a través de una corrida de MRP, documentar los cambios y mantener los controles y políticas de los procesos BOM y MSM.
Un simple exel puede ser efectivo si somos disciplinados en mantener los controles y los lineamientos.
 
IRA (Inventory Record Accuracy)
Este proceso es fundamental porque es la interfase entre el mundo “virtual” de la planeación de materiales utilizando los conceptos MSM, MRP y BOM y el mundo “real” de pedir, recibir, almacenar y surtir materiales e insumos.
Por más que mantengamos un excelente control de nuestros procesos de planeación y administración de materiales, este esfuerzo se puede ir a la basura rápidamente y sacar toda la capacidad operativa de control, si no contamos con la información confiable y actualizada de la cantidad de materiales e insumos que tenemos almacenados y donde se encuentran los mismos
Con el simple hecho de que no registremos una sola entrada mensual de un material de forma correcta, el MRP nos requerirá hacer otro pedido del mismo material y entonces de forma rápida duplicamos el inventario del mismo.
Por otra parte es muy sencillo parar la capacidad productiva si no surtimos el o los materiales indicados porque no los encontramos o no sabemos dónde están.
Este componente básicamente habla del cumplimiento de las operaciones y controles de inventarios en el día a día, de los conteos cíclicos para verificar las cantidades y ubicaciones de cada material y de los procesos controlados de recibo, almacenamiento y surtido de materiales.
Es de capital importancia para todo el proceso mantener información confiable, exacta y actualizada de los materiales, de otra forma, no importa que ERP o Sistema de gestión tengamos, solo obtendremos basura.
Es crítico diseñar procesos y controles y sobre todo cumplirlos al pie de la letra y día a día.
 
 
MPS (Master Production Schedule)
El término anterior se conocía como PCP (Planeación y Control de Produccion), el MPS parte de este concepto y lo amplia al conectarse directamente con los requerimientos de los clientes a través de otros procesos MRP II como el S&OP o IBP y el DRP.
Se manejan dos objetivos básicos dentro de este componente:
El primero y el más básico y que parte del antiguo PCP, es el de determinar y conocer las capacidades de producción de cada máquina, proceso, línea, planta productiva. Los requerimientos de personal, materiales e insumos y de conocer la eficiencia del proceso, su restricción o cuello de botella y las condiciones a cumplir para la correcta operación del mismo.
El segundo objetivo tiene que ver con el cumplimiento del programa de producción en base a los requerimientos del mercado (Clientes) y es donde conecta nuestra capacidad productiva en relación directa con las necesidades y cambios del mercado.
La clave aquí es tener un proceso lo más flexible posible y que se adapte tanto a las limitaciones del proceso productivo como a los cambios y variaciones de demanda reales.
En estos tiempos modernos la flexibilidad en la capacidad operativa es la llave del éxito, no importa cuanta capacidad instalada tenemos, lo importante que tan flexible es y qué tan rápido reacciona a los cambios sin incurrir en sobrecostos importantes.
 
Es importante resaltar el hecho de que la flexibilidad y capacidad de cambios en el proceso operativo tiene un costo, por lo que en la medida que los cambios nos hagan ganar en el mercado volumen extra seremos exitosos en el plan flexible, de lo contrario estaremos llegando con producto, si pero a muy alto costo.
Por eso es muy importante contar con otro componente crítico que le dé sentido y orientación al plan de producción y sobre todo, que valide la necesidad de los cambios y que analice y valide los posibles beneficios o ganancias de los cambios. (Ver entradas referentes a S&OP).
Recomendaciones:
El plan de producción debe de tener un horizonte de planeación fijo y un segmento del corto plazo, congelado, es decir donde no se aceptan cambios no autorizados por la alta dirección.
Es importante realizar un muy buen análisis del ciclo de producción y de los ciclos de orden/venta para poder determinar cuál es la zona congelada y como adaptar el ciclo para alinearlo con el ciclo de negocio. (En Lean el conocido como Takt Time)
En la medida que conozcamos y dominemos nuestros tiempos de ciclo y reacción, nuestro plan puede ser más flexible y podemos mantener la continuidad del proceso productivo.
 
 
Los siguientes componentes del MRP II como son el DRP (Distribution Resources Planning), el CRP (Capacity Requirements Planning), y el DMS (Document Management System) los trataremos en la siguiente entrada.
El importante y critico proceso S&OP lo he tratado en multiples entradas que están disponibles en este mismo Blog.
 
Por ahora hasta aquí llegamos……………………………………………..