lunes, 15 de abril de 2013

Métricas en la Cadena de Suministro


La importancia de medir y controlar las operaciones de la cadena.

 
Siempre se ha dicho que lo que no se mide no se controla, yo añadiría; lo que no se conoce no se puede medir. Esto viene a colación del hecho de que en muchas ocasiones los responsables dela operación de la cadena o de una parte de ella, no alcanzan a entender ni tienen el conocimiento total de lo que abarca su operación.
Esto es más común de lo que se cree y más en nuestro entorno latinoamericano donde la locura del día a día, la falta de planeación a mediano y largo plazo, la inmediatez de los resultados y la falta de visión y de integración de una estrategia adecuada de suministro,  nos impide entender y reconocer los procesos y sistemas clave de nuestra operación.
Pocas Organizaciones cuentan no solo con los procesos y sistemas adecuados y necesarios para su correcta operación, sino con los controles y medidas adecuadas que les aseguren el logro de los resultados y, lo que es mejor, un sistema de mejora continua que sea la base de un mejor desempeño en el futuro.
 
Paradójicamente existen muchas Organizaciones que cuentan con un proceso de scorecard para el seguimiento de los resultados, sin embargo este es más producto de una “moda” que de una estrategia orientada a cubrir una necesidad inherente a las operaciones de la cadena.
He conocido empresas que hacen alarde de su scorecard que cuenta con sinnúmero de métricas y valores esperados para cada proceso, con un nivel de detalle que raya en la locura y que solo para recopilar la información, integrarla, calcular los valores y generar el reporte se toman días de proceso. Esto es confundir el medio con el fin.
 
El principio del control.
De acuerdo a Koontz y O’Donell el control se define como:
 “la medición de lo logrado en relación con lo estándar y la corrección de las desviaciones, para asegurar la obtención de los objetivos de acuerdo con el plan”……
Por lo que tenemos que la función básica de las métricas en la cadena de suministro deben de estar orientadas a soportar y valorizar este concepto del control de las operaciones, esto quiere decir en lenguaje llano y directo, que debemos de seleccionar las métricas requeridas para los parámetros que debemos de controlar, no quiere decir que debemos de desarrollar y establecer medidas para todos y cada u no de los parámetros de una operación.
 
Lo importante es entender el proceso a controlar y como es que opera, que variables lo afectan y sobre todo, que parámetros debemos de ajustar para poder corregir una desviación o variación del mismo.
Debemos de entender también, cual es el mecanismo de cálculo de la métrica; que tan accesible, rápida y sencilla es la recopilación de los datos para calcular le parámetro a medir y sobre todo y más importante, como conecta esta métrica con el o los objetivos últimos de la cadena (Rentabilidad, Flujo).
Muchas veces nos perdemos en la complejidad de la obtención de datos y el cálculo de la métrica por sí misma, que en la complejidad del proceso que estamos tratando de medir, o como dicen en mi tierra, nos preocupamos más por el caldo que por las albóndigas.
Entonces tenemos que lo importante es la definición del proceso que vamos a medir y como este impacta en el desempeño total de la cadena, tenemos entonces que la medida nos debe de ayudar a entender  y monitorear el desempeño de este proceso y la afectación que tiene una desviación del  mismo en el resultado final de la operación.
 
Objetivos últimos y objetivos intermedios.
Recordemos que el fin último de cualquier cadena de suministro es la de ser el soporte y vehículo de los objetivos de negocio, por lo que, el fin último de la misma es la de entregar le producto requerido, en la cantidad requerida, en el tiempo requerido y con las condiciones acordadas con los clientes.
Esto suena muy sencillo –y de hecho lo es- sin embargo la cadena debemos de establecer objetivos intermedios que nos ayuden al  logro de estos objetivos generales; es decir, debemos de desarrollar medidas intermedias que nos ayuden a conectar el desempeño de cada proceso con el objetivo último, un ejemplo:
 
El Inventory Acuracy (IRA o AIR) nos indica el nivel de certeza en los conteos de nuestros inventarios de materiales y productos terminados, es una medida importante pero solo en la medida que conectamos esta métrica con el objetivo final puesto que de nada nos sirve tener una exactitud y certeza en los niveles de inventario, si no sabemos ni entendemos cómo se conecta esta métrica con el objetivo final de costo, servicio y flujo.
Aquí es donde cobra importancia el hecho de entender cómo funciona el proceso de mantenimiento del inventario, de las operaciones de almacén, del proceso de conteos cíclicos y sobre todo, que acciones debo de tomar para corregir una desviación; así tenemos que, si es que hicimos bien la tarea de diseño y desarrollo del proceso de Gestión de Inventario, podemos entender y saber cuánto contribuye cada punto porcentual de variación en la medida al costo total integrado de la operación, también podemos saber que parámetros debemos de modificar y que acciones correctivas debemos de tomar para regresar el parámetro al nivel requerido.
 
Existen varias métricas ya definidas y universalmente aceptadas para cada subproceso de la cadena de suministro, algunas son de importancia básica y cuentan con un algoritmo de cálculo ya predefinido, validado y aceptado.
Sin embargo, debemos de ser cuidadosos en entender cómo funciona nuestro proceso y entender de qué manera cumple –o no cumple- con esta medición, cuales son los parámetros y como genero, recolecto y analizo la información para obtener el cálculo correcto.
Al final de la entrada estoy posteando varias páginas interesantes donde se explican y detallan algunas de las métricas más usadas para medir los procesos de la cadena de suministro, algunas son una variación de otras; otras más, son complemento de algunas métricas básicas.
En términos generales existen tantas métricas como procesos, parámetros o “problemas” queramos solucionar, el secreto está en definir cuáles son las requeridas por mi operación en particular.
 
La métrica, ¿un objetivo o un medio?
Uno de los mayores errores que he visto en la operación de las cadenas de suministro, es la de adoptar una serie de métricas o scorecard como el fin último de la cadena de suministro, así tenemos pues que en la revisión de resultados el responsable de la cadena reporta todas las variables dentro de los parámetros establecidos, pero, por alguna razón inexplicable, los resultados de negocio no se dan.
 
Cuando adoptamos el scorecard con las medidas intermedias como el objetivo final y la razón de ser de la cadena, perdemos de vista –y de control- de lo que es importante para el negocio y aislamos la cadena de su razón de ser.
Esto es muy conveniente para reportar resultados efectivos y poder acceder a los bonos y premios establecidos en nuestro contrato, sin embargo no es la forma correcta de operar.
 
Como he venido señalando anteriormente, las resultados correctos de las medidas intermedias son y deben de ser la consecuencia de una estrategia operativa adecuada, de un propósito definido y acordado dentro de toda la Organización, pero sobre todo, de una ejecución correcta y atinada de cada uno de los procesos, de un sistema de mejora continua y de un entendimiento de todos y cada uno de los integrantes de la operación en cuál es su aportación a los objetivos de negocio.
Cuando cada persona tiene claro cómo y de qué forma su trabajo aporta a una métrica y como esa métrica aporta al objetivo final, es el ambiente adecuado para lograr un scorecard casi perfecto, como consecuencia, el cumplimiento de los objetivos de negocio está asegurado –desde el punto de vista operativo- y la operación cuenta con una capacidad de respuesta y una flexibilidad adecuada para afrontar los cambios en el mercado.
 
Entonces, ¿las métricas de la cadena son el medio o la consecuencia?
Desde mi punto de vista cumplen los dos conceptos, son el medio para entender y conectar los procesos intermedios con objetivos más globales y más difíciles de asimilar y aterrizar y son la consecuencia de una correcta visión, una adecuada estrategia y una excelente operación de cada subproceso y/o sistema.
Esto es difícil de lograr mientras sigamos pensando y actuando como ente aislado y sobre todo, anteponiendo los objetivos personales o de función, a los objetivos de negocio.
Al final del día, una cosa no está peleada con la otra, por el contrario, se complementan y cuando entra en total conjunción podemos hablar de una Compañía de primer nivel donde el esfuerzo y el trabajo SIEMPRE nos llevan a resultados positivos; por el contrario, en el otro enfoque, todo el trabajo, esfuerzo y energía nos llevan a la frustración de no poder lograr los objetivos últimos y al eterno enfrentamiento entre funciones para buscar y determinar los posibles culpables del fracaso.
Recordemos que al final la cadena se revienta por el eslabón más débil.....................
 
Recopilando, mis recomendaciones para establecer las métricas adecuadas.
-          Entendamos bien que es lo que nos duele, lo que necesitamos medir para poder controlar
-          Analicemos cómo funciona el proceso, cuales son los parámetros críticos y como funciona en la realidad.
-          Analicemos como debiera de funcionar y que control es el adecuado para ese proceso en específico.
-          Entendamos como y cuanto aporta este proceso al objetivo final, mientras esta conexión no esté bien definida, muy probablemente estemos midiendo u síntoma no una causa raíz y estaremos desenfocados.
-          Seleccionemos la medida adecuada, si esta no existe –raro, pero puede llegar a pasar- diseñemos la medición adecuada de este proceso.
-          Muy, muy importante, debemos de definir, entender y comunicar a todos los involucrados el algoritmo de cálculo de la medición.
-          Segundo muy, muy importante; debemos de entender dónde y cómo se genera la información necesaria para el cálculo de la medida y posteriormente desarrollar el proceso de recopilación de datos, calculo y análisis de los mismos, un numero por sí solo no dice mucho, un análisis nos da más elementos para la toma de decisiones.


Metricas comunes en Supply Chain

12 Key Metrics for SCM

KPI's for Supply Chain

Supply Chain Book of Metrics (Deloitte)



 

martes, 19 de marzo de 2013

¿Qué está pasando con la Distribución en México?


Hoy por primera vez me siento obligado a tocar un tema que seguramente causara mucha polémica, no por el tema en sí, sino porque es la primera vez que voy a hacer una crítica de una situación real y vigente que a mucha gente puede incomodar o no estar de acuerdo; sobre todo porque creo que voy a estar –de alguna manera- criticando y cuestionando algunos intereses personales, en fin, desde que inicie decidí que nada ni nadie me podría limitar en mis comentarios y puntos de vista así que ahí vamos……………
 
 
En los últimos meses –y analizándolo mejor- tal vez en los últimos años he venido observando una tendencia que cada vez es más repetitiva y más común de lo que muchos quisiéramos y que se supone debiera de estar desapareciendo con los adelantos conceptuales y tecnológicos de las ultimas épocas.
Me refiero al desabasto de productos en el mercado, o como comúnmente se conocen en la industria del consumo masivo los OOS (Out Of Stock).
Es cada vez más común y repetitivo la falta de productos en el mercado, según he observado no es un problema definido en determinados productos o en cierta industria, es una situación que abarca casi todos los productos y redes de distribución del país; desde frituras y pan de caja hasta refrescos, lácteos, medicamentos, perecederos, ropa y zapatos así como electrónica, muebles, etc, etc, en fin casi todo el universo de productos que en teoría deben de estar disponibles en el mercado para satisfacer las necesidades del mismo e incrementar –al menos en teoría- el volumen de ventas y la rentabilidad de las empresas.
 
 
¿No me creen?, es muy sencillo comprobarlo, simplemente analicen las compras de los artículos requeridos en casa, realicen las compras y anoten los productos o presentaciones de los mismos que no encuentran en el lugar que habitualmente acuden para la compra de los mismos.
Hagan este ejercicio durante al menos 4 semanas y verán a lo que me refiero, no hay semana o evento en el que algo “falte” y que –si bien nos va- tengamos que sustituir con un productos alternos o, en el peor de los casos, recorrer media colonia o media ciudad para conseguir el producto o presentación que requerimos.
Se van a llevar una sorpresa, el problema es que ya lo vemos como algo cotidiano e inherente al mercado, creo que no lo es, es más, no debe de ser así.
 
 
La pregunta es: ¿Que está pasando?
 
Sería muy pretencioso de mi parte pretender tener la respuesta –y la solución- a situaciones tan complejas, entiendo que cada evento y cada empresa son únicas y las soluciones dependen de las circunstancias, sin embargo creo que podemos tomar un enfoque más amplio y más sencillo, no digo que sea la solución a los problemas pero al menos me ha servido a mí para poder tener una explicación lógica y congruente de lo que está aconteciendo.
Sé que habrá muchos teóricos que no concordaran con mi punto de vista y lo acepto, pero esto no elimina la validez de mi perspectiva y sobre todo de lo que creo que puede ayudar para meter en control la situación.
 
 
El mercado actual –al menos en México- es altamente demandante y cambiante, esto genera mucha incertidumbre en los sistemas y procesos de pronostico y administración de demanda pero……………………………esto siempre ha sido así, es más, es el pan nuestro de cada día, no solo en México sino en países con economías completamente abiertas y basada en la irrestricta libertad del mercado, o sea que esto no es nada nuevo.
Tenemos muchos y más variados sistemas de distribución y por lo consiguiente, más opciones de transporte y logística especializada y adecuada a cada necesidad. Contamos con mayor cobertura de transporte y distribución en el país que hace 10, 20 y 30 años.
La infraestructura de almacenaje es la mayor de la historia, casi cualquier población cuenta con los servicios e infraestructura para almacenaje y distribución de todo tipo de productos.
Se cuenta con los sistemas y herramientas más avanzadas desde el punto de vista tecnológico para la asignación, seguimiento y gestión de almacenaje y distribución.
En teoría, tenemos el capital humano especializado y entrenado en este tipo de tecnologías, sistemas y conceptos, generamos Organizaciones grandes y complejas dedicadas a solucionar este tipo de situaciones, su razón de ser es “tener el producto cuando y donde se requiere”; entonces, ¿porque seguimos con faltantes en el mercado?
 
 
Por formación y modelo conceptual de solución de problemas, tendemos a recopilar información –toda la que creemos que es la necesaria, entre más información más complejo es el problema-, estructuramos esta información para poder realizar diferentes análisis, pruebas,  modelos, etc, etc.
Entre más complejo mejor, más completo –según nuestro paradigma- y por lo consiguiente una mejor “solución”; no necesariamente es cierto.
Cuando adoptamos este enfoque corremos el gran riesgo de estar documentando, analizando y “solucionando” los síntomas del mal en lugar de encontrar la causa raíz del mismo.
Es bien sabido que un mal –o una causa raíz en el modelo japonés de TPM- puede generar un sinnúmero de síntomas o fallas en nuestro modelo. El secreto es realizar el análisis correcto para realmente determinar la causa raíz, entre más complejos son los síntomas, más sencilla –y por ende, de mucho mayor nivel- debe de ser la solución.
Regresamos de nuevo al cambio de paradigma, este interfiere en como visualizamos el problema, como lo atacamos y como lo “solucionamos”, tendemos a creer que entre más complejo, es mejor y sobre todo, mejor habla de mi trabajo y desempeño, no necesariamente es así.
 
 
Desde mi perspectiva todo parte de una pequeña bola de nieve que al paso del tiempo se convierte en una avalancha, es decir, diseñamos y desarrollamos de inicio la cadena de suministro y sus componentes como la planeación, la logística y el almacenaje, en función de lo que queremos en lugar de lo que necesitamos.
Esto parte desde situaciones absurdas como “queremos tener no más del 15% del capital de trabajo en inventarios de PT”, tal vez lo que requiere mi negocio para cumplir con los objetivos últimos de venta y rentabilidad es que cuente con un capital de trabajo –que eso es el inventario en términos financieros y reales, “capital de trabajo”- de al menos el 35% por dar un ejemplo.
Y así nos vamos, desarrollando el proceso y las operaciones y cuando los resultados no se empiezan a cumplir nos dedicamos en cuerpo y alma a analizar la situación y buscar soluciones a esos síntomas, pero con el mismo enfoque, que queremos tener en la operación en lugar de que necesitamos.
Así regresamos con una tremenda solución a través de un software de última generación que me ayuda a realizar una mejor planeación y asignación de mis transportes y envíos, porque de acuerdo al vendedor del mismo, en Suecia, Ucrania, Ecuador o Indonesia, este software probó ser la solución a todos los males de cierta empresa en específico.
Además esta solución encuadra perfectamente en nuestro esquema de “como queremos” tener nuestra cadena de suministro y seguimos acrecentando la bola de nieve, tal vez en el futuro lo que debemos de hacer –horror, esto es muy repetitivo- es cambiar de sistema de gestión o ERP y así metemos a toda la empresa en el mismo barco –y problema-.
 
 
Según mi entender tenemos dos aristas de la situación que debemos de analizar y entender antes de pensar siquiera en una posible solución, y que a continuación detallo:
 
1.       ¿Qué es lo que realmente necesita mi cadena de suministro?, no solo desde el punto de vista almacenaje y distribución –los síntomas donde se manifiesta el problema- sino desde mi capacidad y flexibilidad de conversión o surtido de producto.
 
Aquí es donde es fundamental regresar a las bases, comenzar desde el principio puesto que el principio es lo más sencillo; tenemos entonces que la razón de ser de mi cadena de suministro y por consecuencia de sus componentes (logística, almacenaje, distribución, transporte o como los quieran llamar); es la de tener el producto requerido en el lugar requerido en la cantidad requerida, punto.
 
No necesitamos tener el sistema de transporte más sofisticado, ni el almacén inteligente más avanzado para cumplir con este propósito, eso viene después.
 
Primero debo entender mi mercado y mi circunstancia en ese mercado para conocer y determinar mis fortalezas y debilidades que si no atiendo o exploto no me permitirán cumplir mi objetivo.
 
Aquí nos damos cuenta entonces que si entiendo las necesidades del mercado y las expreso y desarrollo en términos de mis capacidades y carencias, podre tener un plan adecuado y adaptable a las circunstancias que me permitan ser exitoso en mi planeación y posterior ejecución en el día a día.
 
Llegamos pues a la palabra clave detrás de toda esta complejidad……PLANEACION.
 
Debemos de tener un proceso rector o integral que nos permita manejar y adecuar las circunstancias del mercado y de nuestras capacidades para poder entregar los objetivos establecidos, es decir, contar con una planeación integral, global y simple, es decir con objetivos claros y sencillos, un proceso centralizado al que el resto de las operaciones se subordinan –incluyendo la manufactura- esa es la tendencia actual y que las grandes compañías líderes en el desarrollo de sistemas y procesos de SCM están desarrollando.
 
Entonces ¿necesito un macro sistema –o supersoftware-  que me ayude a hacer esto?, la respuesta es no. Primero necesitamos entender y comprender nuestros procesos, nuestras capacidades y nuestras carencias en términos de conceptos básicos y sencillos que, en teoría, cualquier profesional del SCM entiende.
 
Debemos de rediseñar toda nuestra operación en función de lo que el mercado demanda y de lo que podemos y no podemos entregar, ese es el primer paso, ya vendrán los procesos de mejora continua para incrementar la capacidad y la flexibilidad, reducir los costos, etc.
 
2.       ¿Realmente tenemos el conocimiento en nuestra estructura de los conceptos y los procesos básicos que toda cadena de suministro requiere?
 
Yo cuestionaría en este momento ésta aseveración, no estoy seguro que las estructuras actuales –léase los recursos dedicados a la administración y operación de la cadena- realmente entiendan los conceptos básicos de operación.
 
La experiencia reciente analizando problemas y realizando assesments para diversas compañías me indica que, en la gran mayoría de los casos no se cuenta con el entendimiento de los fundamentos básicos de operación ya no de una cadena de suministro, sino de un simple proceso productivo.
 
Porque me atrevo a asegurar esto, muy sencillo, he conocido verdaderos expertos en la operación de la cadena  y sus componentes (planeación, almacenamiento, transporte, importaciones, compras, etc) que se las saben de todas todas…………………………….en las transacciones de su sistema de gestión, es decir, saben que transacciones y operaciones se deben de cargar al sistema para  obtener tal o cual dato o reporte y así es como entienden la operación de la cadena.
 
Sin embargo no son capaces de pasar la prueba del ácido, ¿cuál es esa?, muy sencillo, opera un día –aunque sea de forma teórica- de forma manual, sin la ayuda del sistema, utilizando puros conceptos y tal vez una hojita de exel como ayuda, simplemente no pueden.
 
De esta forma, conozco no solo personas, sino Organizaciones completas dedicadas a la administración de materiales, que no entienden los fundamentos básicos de un MRP¡¡¡.
 
Organizaciones enteras que pretenden planear el abastecimiento y distribución de productos terminados utilizando un MRP¡¡¡
 
Planeadores de Transporte que no saben ni entienden cuál es la demanda de los productos que en teoría distribuyen sus camiones.
 
Líderes de manufactura que requieren 25 kaizens diarios para mantener su programa de mejora continua y que se saben de memoria las 5 S’s japonesas –si así, las nombran, como si hubiera suecas o danesas o africanas- y por lo cual son expertos en lean manufacturing.
 
 
Desde mi perspectiva, aquí es donde está la falla y se sigue pretendiendo solucionar con más recursos, más tecnología y más estructura.
Tenemos que regresar a los básicos, a lo que muchas compañías las hizo fuertes, es bueno tener tecnología, estructura y sistemas, creo que es mejor tener los  resultados esperados y sobre todo:
Contar con operaciones sencillas y entendibles, perfectamente subordinadas a los objetivos de negocio y no tener procesos operativos autónomos y autojustificables –al menos por costo-desligados de la realidad y del mercado.
 
 
Regresemos a los fundamentos de la planeación y hagámosla más integral, antes de planear el y transporte o los movimientos entre almacenes, primero hagamos el ejercicio de saber si realmente tenemos la capacidad y la flexibilidad para afrontar las incertidumbres del mercado.
¿Contamos con las coberturas de inventarios adecuadas para enfrentar la incertidumbre y nuestras carencias?
¿Entendemos realmente cual es nuestro nivel de incertidumbre o de plano ni datos tenemos de los comportamientos reales  de nuestros productos?
¿Realmente entendemos que variables impactan en el mercado?
¿Sabemos cuántos de estos impactos son generados por nosotros mismos por no tener las coberturas adecuadas y como afectan a futuro?
En fin, una serie de cuestionamientos orientados a entender los básicos de nuestro negocio que deben de ser los fundamentos de diseño y desarrollo de nuestra cadena de suministro o en términos más actuales, de nuestra “solución de negocio”.
 
 
Sé que mucha pero mucha gente va a discrepar y tendrán excelentes argumentos de porque lo que se está haciendo es correcto y de las complejidades del mercado y de la operación de las cadenas, al final del día y aunque no nos guste y nos duela, la realidad muerde (reality bites) como dicen los gringuitos y los OOS siguen, la consecuente pérdida de ventas se hace realidad y el descontento del consumidor está a la orden del día, no hay lealtad que se pueda mantener así.
 
 
Por lo pronto hoy fui al Super y si……………………………………tres de los productos normales que debiera de haber en una macro cadena como a la que regularmente voy, no había en existencia.

 

 

 

martes, 5 de marzo de 2013

Talento en la Cadena de Suministro: Aciertos y Errores


Lo que debemos y lo que no debemos de hacer.

 

El principal activo de una cadena eficiente y efectiva es la gente que la opera, sé que suena a cliché y muy desgastado pero es la realidad. Es fácil comenzar con un argumento como este, creo que todo mundo estará de acuerdo con él, sin embargo lo difícil es aplicarlo y desarrollarlo de forma continua y consistente a lo largo de toda la operación.
Aquí es donde podemos encontrar una gran serie de inconsistencias en la vida real.
Queremos la mejor operación con la mejor gente pero no desarrollamos los sistemas que nos lo aseguren, por el contrario, tendemos a irnos por el camino fácil y de menos esfuerzo que a la larga crea las barreras y obstáculos lo suficientemente grandes y sólidos para perder de vista la verdadera visión y misión de la cadena de suministro.
 

Como lo he sostenido, el mejor diseño de una cadena de suministro debe de cumplir con dos metas básicas y fundamentales:
  • Satisfacer los requerimientos de negocio y estar subordinada al mismo, es decir, diseñar lo que el negocio requiere no lo que nos gustaría tener.
  • Que el análisis y diseño sea realizado por los miembros clave de cada función y operación de la cadena en conjunto con el grupo de liderazgo de la misma.

Esto tiene como objetivo primordial que la cadena se analiza y se diseña por los integrantes de la misma, lo primero que se debe de cumplir es conocer y entender que carambas estoy haciendo y compararlo contra como lo debiera de estar haciendo.
Aquí es donde el conocimiento, experiencia y talento de cada integrante clave de la cadena puede aportar grandes mejoras a los procesos y controles.
Es en este nivel donde las fallas de conexión e información entre componentes de la cadena se resuelven en el nivel más básico e importante.
 

Aqui es donde comenzamos a construir las bases para que nuestra operación cuente con un proceso que atraiga a los mejores recursos con conocimiento, experiencia y potencial; desarrolle sus capacidades y conocimientos y los haga aportar al 100% de su capacidad y; exporte recursos y con experiencia y conocimientos a otras áreas de la Organización en donde puedan seguir contribuyendo y desarrollando sus capacidades.
Suena muy padre y reitero que nadie puede estar en desacuerdo, sin embargo en la realidad normalmente todo este concepto se queda en eso, solo un concepto.
 

El primer error que he detectado cuando se empieza en el proceso desarrollador de talentos dentro de la cadena, es el de delegar todo al área de RH, esto no debe de ser asi en ninguna función, ciertamente el área de RH es un factor clave en una Organización en la administración y gestión del recurso humano pero de ninguna manera puede ni debe  de contar con la exclusividad del desarrollo de talentos de la misma.
Esta tarea es primordialmente una responsabilidad de todos los que intervienen en la operación de la cadena, de los que la administran y la dirigen.
Quien si no los dueños y operadores de procesos van a saber definir cuáles y cuantas son las necesidades de desarrollo, capacitación, perfil, habilidades y competencias necesarias para una adecuada operación de las funciones de la cadena.

 
Esto no quiere decir que entonces deba de existir un divorcio entre la parte operativa y el área de RRHH, por el contrario, se debe de crear una sociedad efectiva y eficiente para desarrollar e implementar los procesos de selección, desarrollo y crecimiento del recurso humano liderado por la cadena y con el soporte y guía de la función RH.
Aquí sé que mucha gente –sobre todo de RH- va a estar en desacuerdo conmigo, lo lamento mucho pero la experiencia y algunas  metodologías muy efectivas –TPM sobre todo- me han enseñado que el liderazgo de la selección, desarrollo y crecimiento del recurso humano es una tarea primordial de la operación y que se fundamenta y robustece en la operación diaria; contando siempre con el invaluable soporte y apoyo de un área de RH realmente efectiva, moderna y flexible.
 

Partamos de dos supuestos básicos para poder discutir y explicar mi punto de vista:

1.       Si nuestro proceso de análisis, diseño e implementación de la cadena y sus operaciones fue más o menos correcto y tenemos una operación eficiente con resultados consistentes y regulares entonces logramos desarrollar un proceso sistémico basado en procesos, en donde la aportación individual es importante en la medida en que el logro colectivo se cumple. Es decir, en el día a día, la operación puede correr más o menos de forma automática sin la necesidad de ciertas personas con roles críticos.

2.       Los conocimientos y la experiencia individual aportan y enriquecen los sistemas y procesos actuales de la operación en la medida que esto conocimientos y experiencia son afines y subordinados al fin último de la cadena.
Entonces tenemos que, si he desarrollado una serie de procesos y sistemas adecuados para la operación de cada función de la cadena; estos procesos y sistemas han sido validados y entendidos por todos y cada uno de los integrantes de la misma y; cuento con un proceso de mejora continua que retroalimenta a estos procesos y sistemas para realizar las adecuaciones y cambios necesarios y lograr así la adaptación y evolución de la operación a las diversas circunstancias del mercado en el cual compito; entonces este proceso sistémico en sí mismo es el mejor y más reconocido valor de mi operación.

 
Si esto es cierto podemos asegurar que no importa lo diverso y disímbolo que sean los recursos y talentos que añada a mi cadena, estos van a tener un proceso de adaptación fácil y rápido a mi operación, el entendimiento y aprendizaje de mi operación va a ser estándar y homogéneo y todo el talento –experiencia y conocimientos- siempre tendrán un canal adecuado de comunicación y aportación para la mejora de los procesos y sistemas; este status es el ideal, cuesta mucho trabajo y esfuerzo lograrlo pero créanme que es factible lograrlo y que cuando se llega a ese nivel es casi “como tocar el cielo”.

 
Esta situación no es acorde a la realidad de muchas empresas, solo basta ver los anuncios de empleo y analizar algunos ejemplos:

 

“Se solicita Gerente de Logística especialista en autopartes, al menos 5 años en posición similar en industria automotriz”
 

Lo que podemos concluir es que se requiere cubrir una posición en el área de Logística, suponemos que se cuenta con una situación no satisfactoria en el área y se busca una persona –o perfil como pomposamente lo llaman ahora- para que resuelva la problemática y desarrolle el área.
En una cadena bien fundamentada, lo que se requeriría es un especialista en Logística, el mejor que se pueda conseguir en base a la relación salario-prestaciones vs mercado laboral. Necesitamos a un especialista que venga a aportar y enriquecer mis procesos logísticos, un recurso altamente calificado en esta especialidad y con las habilidades y características esenciales para que pueda comenzar a aportar y desarrollar lo más pronto posible.
 

¿Qué hay de la experiencia en autopartes y en conocer la industria automotriz, o más en específico, que conozca mi proceso de autopartes y mi relación dentro de la industria automotriz?
 

¿Quién mejor que yo y los integrantes actuales de la cadena para conocer a detalle mi proceso y mi interrelación en mi mercado?
 

¿Por qué espero encontrar un recurso especialista en Logística que aparte sea un experto en mi proceso y mi mercado, si no lo he desarrollado internamente, como espero encontrarlo fuera?
 

¿Qué es lo que realmente necesito vs. que es lo que quiero, o peor aún, lo que RRHH asume o cree que yo necesito?
 

En una cadena bien diseñada y operada, tendríamos que buscar un recurso especialista en Logística con ciertos atributos y conocimientos como el de analizar y desarrollar flujos logísticos, diseño de redes y nodos logísticos, transportes, etc, etc.
Esto es lo que realmente necesitamos y lo que le va a añadir valor a nuestra cadena en el momento que contemos con ese recurso, una persona que va aportar y enriquecer mi conocimiento y “know-how”.
Si realmente contamos con procesos y sistemas sólidos, en poco tiempo esta persona podrá entender y aprender mi proceso –nadie mejor que yo para conocerlo y enseñarlo- y los detalles específicos de la interacción dentro de mi mercado.
 

Normalmente en que termina una situación de este tipo, tiene dos vertientes que son más o menos así.

1.       Se contrata a la persona por su experiencia en la industria, más que por sus conocimientos de logística. Al final terminamos teniéndole que enseñar nuestro proceso, que es por pura definición, único en sí mismo puesto que se desarrolló para nuestras circunstancias específicas, con nuestros requerimientos y tiempos específicos y para nuestro mercado específico. No se logra un avance en la parte fundamental –la logística- y con el paso del tiempo tenemos que volver a recurrir a otra contratación, esta vez, si poniendo más detalle y más énfasis al tipo de experiencia en autopartes y en nuestra industria que queremos tener para que realmente sea una solución.

2.       Si realmente queremos que se cuente con experiencia en nuestro ramo y aparte sea un especialista en logística solo nos queda mirar a nuestra competencia, si ellos cuentan con un recurso que pueda tener estas calificaciones entonces no tenemos más que ir por él o ella. Esto tiene dos consecuencias: una, la de encarecer el mercado puesto que técnicamente son los mismos recursos para dos o más posiciones, tenemos que hacer un oferta que su actual empleador no pueda superar; dos, nada nos garantiza que realmente podamos enriquecer el área logística, puede que sea un recurso muy calificado en esta área, solo es cuestión de tiempo para que alguien más grande o más desesperado le haga una oferta que no podamos igualar o mejorar.
 

La pregunta que sigue es entonces simple pero contundente: qué tipo de operación tengo que no solo no es capaz de desarrollar sus propios recurso y conocimientos, sino que además no es capaz de integrar y desarrollar conocimientos y habilidades externos para mejorar, en otras palabras, que clase de operación tengo que requiero de alguien externo que me venga a explicar cómo estoy haciendo las cosas.
Una operación de valor puede –y debe- de captar recursos externos para mejorar su desempeño sin perder su esencia y razón de ser, es decir no por traer un gerente de logística de una refresquera ahora voy a vender refrescos. Por otro lado, que puedo aprender y adaptar a mi cadena de suministro que me permita mejorar mi operación y mis resultados.
Busquemos al mejor, igualemos al mejor y superemos al mejor, esa es la premisa. Si nos cerramos a otras opciones estamos irremediablemente condenados a la mediocridad.

 

La cadena debe de tener la capacidad de desarrollar talentos internamente y, cuando sea necesario, poder adaptar fácilmente un recurso externo que venga a aportar y enriquecer nuestra operación, ¿a cambio de qué?, no solo de su remuneración sino de aprender nuestros procesos y sistemas que a él o ella le van a enriquecer su acervo de conocimientos y experiencias, es decir, una operación ganar-ganar.
La cadena debe de tener oportunidades de desarrollo y crecimiento y como consecuencia se deben de asumir riesgos y tomar decisiones en este sentido, es un absurdo promover a Director de Supply Chain a un gerente que lleva 25 años administrando el transporte y todo porque ya le toca, simplemente no puede ser, se debe de contar con la rotación adecuada de puestos y niveles para que desde un inicio en cada nivel se aprenda y aporte en diferentes operaciones y roles.
Si algún recurso es muy bueno en la operación, este recurso debe de conocer también la parte de planeación y administración, solo así podemos consolidar un excelente líder para el siguiente nivel y no estar esperando a encontrar en el mercado lo que no hemos sido capaces de generar.

 

El riesgo que existe es que nuestros recursos sean requeridos por otras empresas u otras industrias, cuando esto pasa no tenemos nada de qué preocuparnos, nuestro proceso funciona tan bien que nos convertimos en creadores de talento para el mercado, pero logramos mantener cubiertas nuestras posiciones fundamentales, hacemos que la gente crezca y siempre aporte al 110% a nuestra empresa, ese es el mejor nivel. Para mí siempre ha sido el objetivo y cuando lo he logrado las cosas funcionan mucho mejor de lo originalmente se planteó, es impresionante el grado de compromiso y entrega de la gente y del sentido de pertenencia a una Organización de este calibre.
Con esto resumo y regreso a mi consideración inicial, el activo más importante de una cadena eficiente y efectiva es el recurso humano, de correcto análisis, diseño y operación de la cadena depende que este activo de los frutos necesarios o simplemente sea un desperdicio de talento y dinero. No es nada fácil pero es muy satisfactorio y sobre todo, muy redituable cuando se logra tener un sistema correcto de detección y desarrollo de talento.

 

Finalmente, reitero, los responsables de liderar este esfuerzo de diseño e implementación de detección y desarrollo en la cadena de suministro es la cadena misma, si estamos esperando que el área de RRHH nos venga a resolver estos temas, no nos quejemos después de no contar con los recursos correctos y adecuados para nuestra operación. Nadie sabe mejor lo que necesitamos que nosotros mismos, nuestras contrapartes de RRHH pueden llegar a ser un excelente aliado y apoyo en el logro de este objetivo, no les dejemos toda la tarea solo a ellos.